Su papá viajo desde su tierra apenas se denunció el rapto de los 43 jóvenes normalistas.
“Yo soy jornalero, gano 600 pesos semanal, máximo, y eso cuando hay, porque a veces no hay trabajo.
Mi muchacho quiere ser maestro esa es la profesión que él quiere, pero lo frenaron, lo detuvieron…
¡¿Qué vamos a hacer?!”